Un poco de mi historia
Flor Morales Corinaldesi
Soy Flor, nací en marzo de 1991 en Punta Alta, Argentina.
De muy chica viví en Italia por casi 3 años y a los 6 años de edad volví a Argentina donde pasé mi vida, hasta que decidí viajar.
Estudié medicina y el 3 de Diciembre del 2016, a los 25 años de edad, me recibí de médica. En los siguientes 3 años me especialicé como Médica de Familia en CABA, y en los siguientes 2 años, estando ya en Australia para el examen final, terminé el posgrado como Sexóloga.
Cada capítulo en mi vida está lleno de historias, de procesos, de duelos y de las más profundas transformaciones.
A lo largo de mi vida he hecho cosas que pensé que quería hacer, he sido quien pensé que quería ser; y el camino con consciencia, con apertura, con aceptación y con conexión, me ha lleva cada vez más, a ser quien en verdad soy, mi versión más genuina, mi alma expresada.
Hoy, sorpresivamente para la Flor "dormida" que fui en el pasado, también estoy formada en Reiki, en Registros Akáshicos, y he acepto que tengo el don de la mediumnidad (pero cómo llegué a aceptar esta parte de mí, también es una larga e interesante historia).
Han acontecido momentos en mi vida que han sido como yo los llamo Momentos bisagra. Momentos de no retorno que cambiaron mi vida para siempre, momentos que hoy agradezco con mi alma, pero que en su momento tocaron los dolores más profundos de mi existencia, no sólo de mi humanidad.
Escribir este blog es un llamado de mi alma a compartirme, a honrar cada experiencia que ha sabido traerme hasta acá, a ser quien soy hoy. Pero también, es la manera de abrirme y mostrarme al mundo, porque estoy convencida que cada día somos más los que necesitamos compañia, apoyo.
Estoy convencida que cada día somos más, los que nos sentimos incomodos, incompletos, en estas maneras de vivir que se nos habían enseñado, eran las únicas. Estás maneras ajenas a la espiritualidad, a la emocionalidad, a lo que sabemos que no se ve, pero se siente en cada rincón de nuestra existencia.
Estoy convencida que cada día somos más, los que atravezamos tales crisis existenciales y tales momentos de oscuridad, que encontrar lugares donde sentirnos acompañados y abrazados por la Luz, se hace escencial.
Como yo siempre digo, al menos desde que lo comprendí:
Nadie camina nuestro camino por nosotros, pero eso no significa que tengamos que caminar solos.